La salud prohibida "Incurable era ayer"
La salud prohibida "Incurable era ayer"Andreas Kalker
Quien haya experimentado en su propio cuerpo e en las personas amadas que existe posibilidad de recuperación, a
través de un remedio desconocido, ya no se dejará convencer por nadie de lo contrario. No hay verdad más grande que las
experiencias vividas por uno mismo, a través del propio sufrimiento del cuerpo y de la mente.
Este libro intenta dar soluciones para el bien más preciado que tenemos: nuestra salud. Hay que tener en cuenta que la
salud se ha convertido en un gran negocio. Para ser exactos, es el negocio más grande jamás conocido (junto con el de los bancos),
puesto que todo el mundo, antes o después, será un "cliente", y hará lo que sea con tal de recuperarse cuando
su salud esté en peligro. La industria farmacéutica ha monopolizado la salud en los últimos 100 años. Este negocio no
permite competencia... y es feroz. Ya que al ganar tantísimo dinero, con licencias, patentes y becas gubernamentales,
cualquier solución alternativa de medicina es apartada, ridiculizada, difamada y juzgada. La industria es la dueña del
juego y no hay nada que lo cambie... por el momento.
Los que más sufren son los médicos, que son la parte ejecutiva del sistema de salud. Ellos están en primera fila de
esta guerra de trincheras, donde no se les permite hacer nada en absoluto que no se encuentre dentro de la reglamentación
de la ley farmacéutica, ya que en caso contrario serían expulsados del sistema médico sin posibilidad de trabajar en el
futuro. Esta situación crea un conflicto interno, y ese conflicto interno provoca enfermedad. Según las estadísticas, el
promedio de vida de un médico es de 56 años, siendo la profesión con mayores suicidios femeninos.
Los médicos viven a diario el conflicto paciente-fármaco, sufriendo emocionalmente esta encerrona. No es de
extrañar, que muchos sólo puedan trabajar tras un escudo de frialdad, con tal de no identificarse emocionalmente con el
paciente, cosa que a la larga, les afectaría creando una depresión severa. Paradójicamente, la medicina convencional suele
tratar estas depresiones con medicamentos paliativos, que no curan. Un medicamento paliativo, se asocia a la medicación
que se suministra al paciente diagnosticado de una enfermedad incurable, con la intención de hacer más lento el avance de
la enfermedad, y reducir los dolores y molestias que genera en el cuerpo del paciente. Sin embargo suele crear otras
enfermedades, con sus efectos secundarios a largo plazo.